DECEPCIÓN
De entre tu fina estampa,
tu trote altivo,
tu caminar majestuoso,
tu resoplar humano
y tu relinchar divino,
todo es disimulo.
Las crines son de esparto,
los cascos de madera,
los dientes de alabastro,
las patas de mimbrera.
Todo en ti es falso
excepto la bosta,
maloliente, verdosa,
hierba ya cacosa.
Te miro a los ojos
no eres un burdégano,
no eres una mula,
¡tampoco una yegua!
¿Serás una burra?
Feo equino,
falso humano.
Feo fuera
falso dentro.
No eres Centaura,
tampoco Babieca.
Te llamas Francis
¡eres mula!
...y eres lerda.
...y eres lerda.