"LA CUESTA DE MANELI"

domingo, 27 de marzo de 2011

La vuelta a las raices


"...La finca que rodeaba la casa se asemejaba a un vivero de árboles y arbustos propios de la tierra, habían plantado carbayos, texos, piornos, castaños y por supuesto manzanos. Para darle mayor realismo, creo yo, al estilo rústico de la edificación había instalado unas figuras "a tamaño real" de tres vacas-dos holandesas y una roxa-, tres ovejas y un mastín, que a simple vista daban el pego. Siempre que hacía el trayecto a la ciudad, en el tren de cercanías veía la misma inmóvil estampa. Así pasó un tiempo, quizás seis meses, sin que yo apreciase ningún cambio en el paisaje, hasta el punto en que se torno invisible, como tantas cosas que a fuerza de familiares dejamos de ver. Fue con ocasión de la huelga de maquinistas del ferrocarril que me vi en la necesidad de hacer el trayecto en automóvil, poco acostumbrado a conducir, evité la autopista y cogí la carretera comarcal que pasaba junto a la entrada de la finca, al llegar a su altura detuve el coche, muchas veces en el viaje en tren al mirar hacia las quietas figuras animales, había sentido curiosidad por saber que clase de personas gustaban de adornar su parcela así. Al acercarme a la casa, se apreciaba tras la ventana a cuatro figuras sentadas a la mesa de la cocina, dos adultos y dos niños, estaba a punto de volver sobre mis pasos, no quería que nadie me confundiese con un fisgón, cuando algo me llamó la atención, me quedé muy quieto observando la escena familiar y solo después de unos minutos comprendí que aquellas figuras estaban tan quietas como las vacas, las ovejas y el perro del jardín...

Si alguna vez hacéis el trayecto desde Lugones a Oviedo en el tren, podréis comprobar la veracidad de la mitad de esta historia, para comprobar la otra mitad necesitaréis arriesgar algo más...."

"...seguiremos perdiendo batallas hasta que ganemos la guerra..."